El recién nacido muestra algunas respuestas involuntarias y no aprendidas denominadas:
a) Respuestas condicionadas
b) Respuestas insólitas
c) Reflejos
d) Respuestas del neonato
e) Respuestas de adaptación
Resolución:
En el campo de la psicología del desarrollo, especialmente cuando hablamos de recién nacidos, es común referirnos a ciertas respuestas que estos muestran desde el momento del nacimiento. Estas respuestas son automáticas y no son aprendidas, ya que están presentes desde el nacimiento como parte de un repertorio natural del bebé para interactuar con su entorno y asegurar su supervivencia. La opción correcta para describir estas respuestas involuntarias es la c) Reflejos.
Los reflejos son reacciones automáticas a estímulos específicos y son fundamentales en las primeras etapas de la vida de un ser humano. Estos reflejos ayudan a los neonatos a adaptarse al nuevo entorno fuera del útero y cumplen funciones críticas para su desarrollo y bienestar. Los reflejos son controlados por el sistema nervioso central y, con el tiempo, muchos de ellos desaparecen a medida que el bebé gana control voluntario sobre sus movimientos.
Existen varios reflejos que son observables en los recién nacidos. Uno de los más conocidos es el reflejo de succión, que permite al bebé succionar cualquier objeto que toque el paladar de su boca. Este reflejo es esencial para la alimentación, ya que ayuda al bebé a alimentarse del pecho materno o del biberón. Otro reflejo importante es el reflejo de búsqueda o rooting, que facilita que el bebé gire la cabeza hacia la fuente de estimulación en la mejilla o el área de la boca, ayudando también en el proceso de alimentación.
Otro reflejo notable es el reflejo de Moro, también conocido como reflejo de sobresalto. Este ocurre cuando el bebé experimenta un cambio repentino en su posición o escucha un sonido fuerte, y responde extendiendo los brazos y las piernas, a menudo seguido de un llanto. Este reflejo es considerado una respuesta protectora, como una forma primitiva de reacción al peligro.
El reflejo de agarre es otro reflejo importante y se observa cuando el bebé cierra la mano alrededor de un objeto que toca su palma. Este reflejo es particularmente fuerte en los recién nacidos y se considera una respuesta evolutiva que ayudó a los bebés a sostenerse de sus madres en tiempos ancestrales.
A medida que el bebé crece, estos reflejos primitivos son reemplazados por movimientos más controlados y voluntarios. El desarrollo neurológico y muscular permite al bebé tener un mayor control sobre su cuerpo, lo que es una señal de maduración del sistema nervioso central. Sin embargo, la presencia de estos reflejos al nacer es un indicador importante de la salud y el desarrollo neurológico del recién nacido. Los pediatras y profesionales de la salud los evalúan rutinariamente durante los exámenes médicos para asegurarse de que el desarrollo del bebé progresa adecuadamente.
En resumen, los reflejos en los recién nacidos son respuestas involuntarias esenciales para la supervivencia y el desarrollo inicial. Estos reflejos no solo aseguran que el bebé pueda alimentarse y protegerse de estímulos potencialmente dañinos, sino que también proporcionan a los profesionales de la salud indicadores valiosos sobre el bienestar neurológico del bebé. Entender y observar estos reflejos nos ofrece una ventana al desarrollo humano desde sus etapas más tempranas.
