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Ejercicicio N° 01

Lesson 1/60 | Tiempo de estudio: 3 Min

Los individuos de la segunda infancia desarrollan un pensamiento egocéntrico, lo cual significa:

a) Crean objetos imaginarios para su propia satisfacción

b) Se hallan en el centro de su actividad lúdica

c) Sólo se interesan por ellos mismos asumiendo roles imaginarios en sus juegos

d) Todo el afecto paterno debe ser únicamente hacia ellos

e) No pueden comprender las opiniones de los demás

Resolución:

En el contexto del desarrollo infantil, el término "pensamiento egocéntrico" es fundamental para entender cómo los niños perciben el mundo durante ciertas etapas de su crecimiento cognitivo. Este concepto es especialmente relevante en la segunda infancia, que abarca aproximadamente de los 3 a los 6 años. Jean Piaget, un renombrado psicólogo suizo, fue uno de los primeros en describir el pensamiento egocéntrico como una característica del estadio preoperacional del desarrollo cognitivo. Este pensamiento se refiere principalmente a la manera en que los niños pequeños entienden el mundo desde su propio punto de vista, con dificultad para adoptar la perspectiva de otros.



La opción que mejor describe el pensamiento egocéntrico es la (e): "No pueden comprender las opiniones de los demás". Es importante aclarar que el egocentrismo en esta etapa no implica que los niños sean egoístas o que actúen de manera deliberadamente desconsiderada hacia los demás. Más bien, es una limitación cognitiva natural que se deriva de su desarrollo. Los niños en este estadio todavía están aprendiendo a diferenciar entre sus propios pensamientos y sentimientos y los de los demás.



Para ilustrar mejor este concepto, es útil considerar algunos ejemplos comunes. Uno de los experimentos más conocidos de Piaget sobre el egocentrismo es la "tarea de las tres montañas". En este experimento, se les mostraba a los niños un modelo de montañas y se les pedía que describieran cómo se verían las montañas desde diferentes puntos de vista. Los niños preoperacionales tendían a describir la vista desde su propia perspectiva, sin poder considerar cómo las montañas aparecerían desde la perspectiva de otra persona. Este ejemplo demuestra cómo el pensamiento egocéntrico limita su capacidad para entender cómo otras personas pueden ver o interpretar el mismo escenario de manera diferente.



El egocentrismo también se manifiesta en el juego y la vida cotidiana de los niños. Por ejemplo, un niño puede asumir que, porque él desea un juguete específico, todos los demás también lo desearán. O pueden contar una historia sin proporcionar contexto, creyendo que el oyente tiene la misma información que ellos. Estos comportamientos reflejan la dificultad que tienen para salir de su propia perspectiva y considerar la de otros.



Es fundamental entender que este tipo de pensamiento es una etapa normal y necesaria en el desarrollo cognitivo. A medida que los niños crecen y avanzan hacia la siguiente etapa del desarrollo, comienzan a desarrollar la capacidad para la "descentración", que es la habilidad de considerar múltiples aspectos de una situación o problema y adoptar puntos de vista diferentes al propio. Este avance es crucial para el desarrollo de habilidades sociales más complejas, como la empatía, la cooperación y la resolución de conflictos.



El desarrollo cognitivo es un proceso continuo y gradual. El pensamiento egocéntrico disminuye a medida que los niños interactúan con sus pares, enfrentan nuevos desafíos y experimentan diferentes puntos de vista. Los padres y educadores pueden apoyar este proceso proporcionando oportunidades para el juego cooperativo, la resolución de problemas y el diálogo sobre los sentimientos y perspectivas de los demás.



En resumen, el pensamiento egocéntrico es una etapa crucial del desarrollo cognitivo en la segunda infancia. La opción (e), "No pueden comprender las opiniones de los demás", describe acertadamente este fenómeno. Con el tiempo y la experiencia, los niños superan esta etapa y desarrollan una comprensión más compleja y matizada de las perspectivas de otros, lo cual es esencial para su funcionamiento social y emocional en el futuro.