La llegada al poder del "outsider" Alberto Fujimori fue consecuencia de:
a) La millonaria campaña publicitaria
b) El apoyo decidido de los neoliberales
c) El desprestigio de los partidos tradicionales
d) Su novedoso plan de gobierno
e) El apoyo de Acción Popular
Resolución:
La llegada al poder de Alberto Fujimori en 1990 como un "outsider" de la política peruana es un evento complejo que no puede atribuirse a una sola causa. Sin embargo, de las opciones presentadas, la más acertada es c) el desprestigio de los partidos tradicionales. Para entender esto plenamente, es esencial colocar la elección de 1990 en su contexto histórico y analizar los factores que contribuyeron a su sorprendente ascenso.
En la década de 1980, Perú atravesaba una crisis económica, política y social muy profunda. El segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry (1980-1985) y el primer gobierno de Alan García (1985-1990) enfrentaron grandes desafíos, pero también cometieron errores que socavaron la confianza pública en los partidos tradicionales.
Durante el gobierno de Alan García, el país sufrió una hiperinflación sin precedentes, con tasas que llegaron a superar el 7,000% anual en 1990. Las políticas económicas populistas pero ineficaces, como el control de precios y la nacionalización de la banca, no solo fracasaron en estabilizar la economía sino que la empeoraron drásticamente. La escasez de bienes básicos, el desempleo y la pobreza extrema se convirtieron en problemas cotidianos para la mayoría de los peruanos.
Simultáneamente, el país enfrentaba una creciente violencia debido al conflicto interno con grupos subversivos como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). La incapacidad del Estado para controlar la insurgencia y las violaciones de derechos humanos cometidas tanto por los insurgentes como por las fuerzas del orden incrementaron la sensación de inseguridad y desesperanza entre la población.
En este ambiente de crisis múltiple, los partidos tradicionales como el APRA (partido de Alan García) y Acción Popular (partido de Fernando Belaúnde Terry) perdieron gran parte de su legitimidad y apoyo popular. La gente anhelaba un cambio y estaba dispuesta a confiar en una figura nueva y diferente que pudiera ofrecer una alternativa viable.
Entra en escena Alberto Fujimori, un ingeniero agrónomo y académico relativamente desconocido en el ámbito político. Fujimori se postuló como candidato a la presidencia bajo el partido Cambio 90, que él mismo fundó. Su campaña fue modesta en comparación con la de su principal rival, Mario Vargas Llosa, quien representaba a la coalición de derecha Frente Democrático (FREDEMO).
A diferencia de Vargas Llosa, cuya campaña estaba bien financiada y promovida por los grandes medios de comunicación, Fujimori se presentó como un hombre del pueblo, utilizando un lenguaje sencillo y cercano que resonó con el electorado cansado de las élites políticas tradicionales. Además, su imagen de outsider lo distanció de la política tradicional corrupta, lo que le permitió captar el voto de protesta.
Fujimori no tenía un plan de gobierno detallado y concreto, lo que inicialmente generó escepticismo. Sin embargo, su vaguedad también funcionó a su favor, ya que le permitió adaptarse a las expectativas y demandas cambiantes del electorado. Su promesa central de resolver los problemas económicos y de seguridad del país sin recurrir a las recetas neoliberales extremas propuestas por Vargas Llosa resultó atractiva para muchos peruanos que temían las consecuencias de una terapia de choque.
En resumen, la llegada al poder de Alberto Fujimori fue principalmente consecuencia del desprestigio de los partidos tradicionales, exacerbado por la severa crisis económica y social que vivía Perú en ese momento. La desilusión y el desencanto con las élites políticas establecidas llevaron a los votantes a buscar una alternativa fuera del sistema convencional, y Fujimori logró capitalizar ese deseo de cambio a través de su imagen de outsider y su campaña accesible y cercana.