Si bien el gobierno de Belaúnde subestimó el problema del terrorismo llamándolo “delincuencia común” o “simple abigeos”, en 1983 cambia radicalmente su política la cual consistiría en:
a) Pedir el apoyo de la comunidad internacional
b) Declarar a los terroristas fuera de la ley
c) Convocar a los comités de autodefensa
d) Iniciar un terrorismo de Estado con paramilitares
e) Convocar a las fuerzas armadas para combatir la subversión
Resolución:
Para abordar adecuadamente la pregunta sobre el cambio en la política del gobierno de Fernando Belaúnde Terry en 1983 respecto al terrorismo, es esencial sumergirnos en el contexto histórico del Perú durante esa época.
Contexto Histórico:
Fernando Belaúnde Terry asumió la presidencia del Perú por segunda vez en 1980, luego de un periodo de gobiernos militares que se extendió desde 1968 hasta 1980. Su retorno al poder marcó el inicio de la llamada "Segunda Fase Democrática" en el Perú. Durante su campaña electoral, Belaúnde prometió restablecer la democracia, promover el desarrollo económico y enfrentar los problemas sociales del país.
Sin embargo, al poco tiempo de asumir la presidencia, Belaúnde tuvo que enfrentarse a una amenaza que estaba creciendo en las sombras: el terrorismo. En mayo de 1980, el grupo maoísta Sendero Luminoso, liderado por Abimael Guzmán, inició su lucha armada contra el Estado peruano con el objetivo de establecer un régimen comunista. Inicialmente, el gobierno de Belaúnde subestimó el problema, clasificando las acciones de Sendero Luminoso como actos de "delincuencia común" o "simple abigeos" (robo de ganado), lo cual reflejaba una falta de comprensión de la naturaleza y la gravedad del movimiento subversivo.
Cambio de Política en 1983:
Para 1983, la situación se había deteriorado considerablemente. Los ataques de Sendero Luminoso se habían intensificado y expandido, afectando no solo áreas rurales sino también urbanas. Las tácticas del grupo se volvieron más violentas, y los asesinatos, emboscadas y sabotajes eran cada vez más frecuentes. El gobierno no podía seguir ignorando la magnitud del problema.
En respuesta a esta creciente amenaza, Belaúnde cambió radicalmente su política hacia el terrorismo. Una de las medidas más significativas fue la decisión de convocar a las Fuerzas Armadas para combatir la subversión. Hasta ese momento, la lucha contra el terrorismo había estado principalmente en manos de la Policía Nacional, que carecía de los recursos y la capacitación necesarios para enfrentar un movimiento insurgente organizado y violento.
Convocatoria a las Fuerzas Armadas:
El gobierno de Belaúnde declaró el estado de emergencia en varias regiones del país, principalmente en las zonas más afectadas por la violencia subversiva, como Ayacucho, Huancavelica y Apurímac. Al declarar estas áreas en estado de emergencia, se otorgaron facultades extraordinarias a las Fuerzas Armadas, permitiéndoles asumir el control de la seguridad en esas regiones. Esta medida fue vista como un reconocimiento de la gravedad del problema y un intento de utilizar toda la capacidad del Estado para enfrentar la insurgencia.
Las Fuerzas Armadas se involucraron directamente en operaciones contrainsurgentes, estableciendo bases militares y realizando patrullajes y operaciones de búsqueda y destrucción de células subversivas. Sin embargo, esta intervención también trajo consigo denuncias de violaciones a los derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y torturas, lo que generó críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Conclusión:
En resumen, la respuesta correcta a la pregunta planteada es la opción:
e) Convocar a las fuerzas armadas para combatir la subversión.
Este cambio de política reflejó un reconocimiento tardío pero crucial de la gravedad del problema subversivo en el Perú. La decisión de involucrar a las Fuerzas Armadas marcó un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo, aunque también abrió un capítulo complicado en términos de derechos humanos y el manejo de la violencia política en el país.