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Ejercicio N° 01

Lesson 1/60 | Tiempo de estudio: 3 Min

Según San Agustín, el libre albedrío, ¿Qué nos permite?


a) Elegir el bien o el mal

b) La lucha social

c) Tomar decisiones

d) Crear ciencias

e) La investigación sobre Dios

Resolución:

Para comprender qué nos permite el libre albedrío según San Agustín, es fundamental entender el contexto en el que este filósofo y teólogo desarrolló su pensamiento. San Agustín de Hipona, que vivió entre los años 354 y 430, fue una figura central en la filosofía cristiana y su obra influyó profundamente en la teología y la filosofía occidental. Su reflexión sobre el libre albedrío está íntimamente relacionada con sus ideas sobre el pecado, la gracia y la naturaleza humana.



San Agustín consideraba el libre albedrío como una facultad esencial del ser humano, un don divino que nos permite elegir entre el bien y el mal. En su obra "De libero arbitrio", San Agustín argumenta que el libre albedrío es crucial porque permite que nuestras acciones tengan un valor moral. Si no tuviéramos la capacidad de elegir, no podríamos ser considerados responsables de nuestras acciones. Por lo tanto, la opción correcta en este contexto es la opción a) "Elegir el bien o el mal".



Para San Agustín, el libre albedrío es una prueba del amor de Dios hacia la humanidad. Dios nos ha otorgado esta capacidad para que podamos acercarnos a Él libremente, optando por el bien. Sin embargo, este mismo don también nos permite alejarnos de Dios al elegir el mal. Esta dualidad es central en la comprensión agustiniana del pecado original y la redención. Según San Agustín, el pecado original ha inclinado la voluntad humana hacia el mal, pero la gracia divina puede redimirnos y guiarnos de nuevo hacia el bien.



En este sentido, el libre albedrío no solo es una capacidad de elección, sino también una prueba de nuestra responsabilidad moral. San Agustín destaca que, aunque el pecado original ha debilitado nuestra voluntad, no la ha destruido. El ser humano sigue siendo capaz de elegir el bien, aunque con dificultad, y esta elección es esencial para la salvación. La gracia de Dios es necesaria para fortalecer nuestra voluntad y ayudarnos a elegir correctamente, pero la elección final sigue siendo nuestra.



Es importante destacar que San Agustín también aborda las limitaciones del libre albedrío. Reconoce que factores como la ignorancia y el pecado pueden influir en nuestras decisiones, pero insiste en que siempre tenemos la capacidad fundamental de elegir el bien. Esta visión del libre albedrío no solo tiene implicaciones teológicas, sino también éticas, ya que subraya la importancia de la responsabilidad personal y la moralidad en nuestras vidas.



En conclusión, según San Agustín, el libre albedrío nos permite elegir entre el bien y el mal, lo que es una manifestación de nuestra libertad y responsabilidad moral. Esta capacidad de elección es esencial para nuestra relación con Dios y nuestra salvación. A través del libre albedrío, San Agustín nos invita a reflexionar sobre nuestras elecciones y a buscar la gracia divina para fortalecer nuestra voluntad en la búsqueda del bien. Por lo tanto, la opción a) "Elegir el bien o el mal" es la respuesta correcta, ya que encapsula la esencia de la enseñanza de San Agustín sobre el libre albedrío.