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Ejercicio N° 02

Lesson 2/60 | Tiempo de estudio: 5 Min

El presidente Manuel Prado Ugarteche conocido por su abierta entrega al capital norteamericano y en calidad de representante de la oligarquía, durante su segundo gobierno cuenta con el apoyo de ………………

a) Acción Popular

b) Partido Civil

c) Partido Socialista

d) Partido Aprista

e) Partido Comunista


Resolución:


Manuel Prado Ugarteche fue una figura central en la política peruana del siglo XX, conocido por su habilidad para navegar entre diferentes corrientes políticas y satisfacer tanto a las élites como a ciertos sectores populares. Su segundo gobierno, que tuvo lugar entre 1956 y 1962, es un periodo muy interesante que refleja las complejidades de la política peruana de la época, marcada por tensiones entre autoritarismo y democracia.

Durante su segundo mandato, Prado Ugarteche se enfrentó a un contexto internacional y nacional complicado. A nivel internacional, la Guerra Fría había polarizado al mundo en dos bloques: el capitalista liderado por Estados Unidos y el comunista liderado por la Unión Soviética. En este escenario, Perú, como la mayoría de los países latinoamericanos, se posicionó del lado del bloque capitalista, lo que se tradujo en una fuerte influencia norteamericana en la economía y la política del país.

A nivel nacional, la situación era igualmente compleja. El Perú había sido testigo de diversas tensiones sociales y políticas, con una oligarquía que buscaba mantener sus privilegios y un creciente descontento popular debido a la desigualdad y la pobreza. En este contexto, Manuel Prado Ugarteche se presentó como una figura conciliadora, capaz de negociar y mantener una cierta estabilidad.

La respuesta a la pregunta planteada radica en entender las alianzas políticas que Prado Ugarteche forjó durante su segundo gobierno. Aunque su primer mandato (1939-1945) había estado marcado por una cierta neutralidad, en su segundo mandato, Prado Ugarteche contó con el apoyo del Partido Aprista Peruano (APRA). Esta alianza fue particularmente significativa y estratégica.

El Partido Aprista Peruano, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924, había sido tradicionalmente una fuerza política opositora, con una ideología que combinaba elementos de nacionalismo, antiimperialismo y reformas sociales. Sin embargo, para el año 1956, el APRA había moderado algunas de sus posiciones y buscaba una mayor participación en la política nacional. Esta necesidad de participación llevó al partido a un acuerdo con Manuel Prado, quien necesitaba una base de apoyo más amplia para gobernar eficazmente.

La alianza entre Prado y el APRA se formalizó a través del llamado "Contubernio Prado-APRA", que permitió a Prado obtener el respaldo necesario para su gobierno, a cambio de otorgar ciertas concesiones al APRA, como la legalización del partido y la inclusión de algunos apristas en cargos gubernamentales. Esta alianza fue vista por muchos como una pragmática maniobra política que reflejaba la necesidad de ambos actores de garantizar estabilidad y gobernabilidad en un contexto de creciente tensión social.

Sin embargo, la alianza no estuvo exenta de críticas. Muchos sectores conservadores y de la oligarquía veían con recelo la inclusión del APRA en el gobierno, mientras que algunos sectores más radicales del APRA consideraban que el partido estaba comprometiendo sus ideales al aliarse con una figura tradicionalmente vinculada a la oligarquía y al capital extranjero.

A pesar de estas tensiones, el segundo gobierno de Prado logró ciertos avances en términos de modernización económica y desarrollo de infraestructura, aunque también enfrentó desafíos significativos, como la creciente violencia política y el inicio de movimientos guerrilleros en el país.


En resumen, durante su segundo gobierno, Manuel Prado Ugarteche contó con el apoyo del Partido Aprista Peruano, una alianza que fue crucial para su administración y que reflejó las complejas dinámicas de la política peruana de la época. Esta alianza permitió a Prado mantener una cierta estabilidad en un periodo de grandes desafíos, aunque también evidenció las tensiones entre las distintas fuerzas políticas y sociales del país.