Las vacunas BCG, polio y triple, son ejemplos de inmunidad:
a) Natural
b) Innata
c) Activa
d) Pasiva
e) Artificial
Resolución:
Para entender a qué tipo de inmunidad corresponden las vacunas BCG, polio y triple, primero debemos comprender qué es la inmunidad y cuáles son sus tipos. La inmunidad es la capacidad del organismo para resistir infecciones o toxinas mediante la acción de los glóbulos blancos, anticuerpos y otros mecanismos de defensa. Existen diferentes clasificaciones de inmunidad: innata y adaptativa (o adquirida), y dentro de la adaptativa, activa y pasiva, que a su vez pueden ser naturales o artificiales.
La inmunidad innata es la primera línea de defensa del cuerpo y es no específica, lo que significa que actúa de manera igual contra todos los patógenos. Esta incluye barreras físicas como la piel, defensas químicas como el ácido gástrico, y células inmunitarias como los fagocitos. Todos nacemos con este tipo de inmunidad.
La inmunidad adaptativa, por otro lado, es específica y se desarrolla a medida que estamos expuestos a enfermedades o cuando somos vacunados. Dentro de la inmunidad adaptativa, encontramos la inmunidad activa y la pasiva. La inmunidad activa se refiere a la respuesta inmunitaria que se desarrolla cuando el cuerpo está expuesto a un antígeno, ya sea a través de una infección o de una vacuna. En este proceso, el sistema inmunológico produce anticuerpos y memoria inmunitaria, lo que significa que el cuerpo estará mejor preparado para responder a futuras exposiciones al mismo patógeno.
La inmunidad pasiva, en contraste, ocurre cuando una persona recibe anticuerpos de otra fuente, en lugar de producirlos ellos mismos. Esto puede suceder de manera natural, como cuando un bebé recibe anticuerpos de su madre a través de la placenta o la leche materna, o de manera artificial, como cuando se administran inmunoglobulinas para proporcionar protección inmediata contra una enfermedad específica.
Las vacunas BCG, polio y triple (también conocida como DTP, que protege contra la difteria, el tétanos y la tos ferina) son ejemplos de inmunidad activa artificial. Esto se debe a que estas vacunas introducen una forma debilitada o inactivada del patógeno en el cuerpo, lo que no causa la enfermedad, pero sí estimula al sistema inmunológico para que produzca una respuesta. Como resultado, el cuerpo produce anticuerpos y crea memoria inmunitaria sin que la persona tenga que pasar por la enfermedad. Esto es lo que caracteriza a la inmunidad activa: la producción de una respuesta inmunitaria propia en el individuo vacunado.
Por lo tanto, la opción correcta para clasificar las vacunas BCG, polio y triple es la c) Activa. Esto es porque estas vacunas desencadenan una respuesta del sistema inmunológico que resulta en la producción de anticuerpos y memoria inmunitaria. Aunque la opción e) Artificial también es correcta en el sentido de que estas vacunas no se obtienen de manera natural, sino que son producidas y administradas por intervención humana, el tipo específico de inmunidad que proporcionan es la inmunidad activa.
En resumen, las vacunas son una herramienta fundamental en la prevención de enfermedades infecciosas. Actúan entrenando al sistema inmunológico para reconocer y combatir patógenos específicos de manera efectiva, sin que el receptor de la vacuna tenga que sufrir los efectos de la enfermedad. Esta práctica ha sido crucial en la erradicación o control de muchas enfermedades infecciosas, mejorando la salud pública a nivel mundial.