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Ejercicio N° 03

Lesson 3/60 | Tiempo de estudio: 3 Min

Son características del simbolismo, excepto:

a) Musicalidad.

b) Renovación métrica

c) Expresión simbólica

d) Sugerir la realidad

e) Realismo crudo y descarnado

Resolución:

El simbolismo es un movimiento literario que surgió en Francia a finales del siglo XIX, caracterizado por una serie de elementos distintivos que lo diferencian de otras corrientes de la época. Para entender mejor las características del simbolismo y poder identificar cuál de las opciones proporcionadas no corresponde a este movimiento, es esencial profundizar en sus principios y técnicas literarias.



El simbolismo nació como una reacción contra el realismo y el naturalismo, movimientos que se enfocaban en la representación objetiva y detallada de la realidad. En contraste, los simbolistas buscaban expresar lo inefable, lo misterioso y lo subjetivo a través de símbolos y metáforas. Este enfoque les permitía sugerir más de lo que realmente se decía, permitiendo que el lector interpretara y descubriera significados más profundos.



Una de las características más destacadas del simbolismo es la musicalidad. Los poetas simbolistas, como Paul Verlaine y Stéphane Mallarmé, prestaban especial atención a la sonoridad y al ritmo de las palabras, buscando crear una atmósfera musical que complementara la profundidad emocional de sus textos. La musicalidad en el simbolismo no solo se refiere al uso de rimas y métricas armónicas, sino también a la creación de una cadencia que evoca emociones y sensaciones en el lector.



Otra característica importante es la renovación métrica. Los simbolistas experimentaron con nuevas formas métricas y estructuras poéticas, alejándose de las formas tradicionales. Esta innovación métrica les permitía explorar nuevas maneras de expresión y transmitir sus ideas de manera más efectiva. Este deseo de renovación también reflejaba un anhelo por romper con las convenciones y buscar la originalidad en sus obras.



La expresión simbólica es el núcleo del simbolismo. Como su nombre lo indica, los simbolistas utilizaban símbolos para representar conceptos abstractos y complejos, como emociones, estados de ánimo y experiencias espirituales. Estos símbolos no eran interpretados de manera literal, sino que servían como vehículos para sugerir significados más profundos y universales.



Otro rasgo distintivo del simbolismo es la capacidad de sugerir la realidad en lugar de describirla directamente. Los simbolistas creían que la realidad no podía ser capturada plenamente a través de descripciones detalladas y objetivas. En su lugar, preferían sugerir y evocar la realidad mediante imágenes y símbolos sutiles, dejando al lector la tarea de interpretar y completar el significado de la obra.



En contraste con estas características, el realismo crudo y descarnado es precisamente lo que el simbolismo evitaba. El realismo se enfoca en la representación fiel y detallada de la vida cotidiana, a menudo abordando temas sociales y políticos de manera directa y explícita. Los simbolistas, por otro lado, huían de esta representación literal de la realidad, buscando en cambio lo abstracto, lo etéreo y lo espiritual.



Por lo tanto, al analizar las opciones proporcionadas, la característica que no corresponde al simbolismo es el "realismo crudo y descarnado". Esta opción representa una visión opuesta a la del simbolismo, que se centra en lo subjetivo y lo simbólico en lugar de lo objetivo y lo descriptivo.