José Santos Chocano: “Alma América”
a) Abraham Valdelomar: “El caballero Carmelo”
b) César Vallejo: “El tungsteno”
c) José María Eguren: “La canción de las figuras”
d) Clemente Palma: “Historias malignas”
e) Diego de Hojeda: “La Cristiada”
Resolución:
El ejercicio que mencionas parece ser un listado de obras literarias junto con sus respectivos autores, lo cual es una práctica común en el estudio de la literatura para identificar y relacionar a los escritores con sus trabajos más conocidos. Vamos a profundizar un poco en cada uno de estos autores y sus obras para comprender mejor su contexto y su relevancia en la literatura peruana.
Comenzando con José Santos Chocano y su obra “Alma América”, Chocano fue un poeta peruano muy influyente de la corriente modernista. Nació en 1875 y se destacó por su fuerte sentido de identidad latinoamericana, que se refleja en su poesía. “Alma América” es una obra que exalta el paisaje, la historia y la cultura del continente americano, mostrando un profundo orgullo por sus raíces y una fuerte crítica a la influencia europea. Chocano buscaba en sus versos una voz auténtica que resonara con el espíritu del continente, utilizando un lenguaje vibrante y lleno de imágenes evocadoras.
Abraham Valdelomar, con su célebre cuento “El caballero Carmelo”, es otro pilar de la literatura peruana. Valdelomar nació en 1888 y es considerado uno de los renovadores del cuento peruano. “El caballero Carmelo” es una historia que mezcla el costumbrismo con una sensibilidad moderna, narrando las vivencias de una familia en la costa peruana y la llegada de un gallo de pelea llamado Carmelo. Este cuento es valorado por su capacidad para capturar la esencia de la vida cotidiana peruana y su estilo narrativo claro y emotivo.
César Vallejo, conocido por su novela “El tungsteno”, es uno de los poetas más importantes del siglo XX. Sin embargo, también incursionó en la prosa con obras como “El tungsteno”, una novela que denuncia las condiciones de explotación de los trabajadores en las minas de tungsteno en el Perú. Publicada en 1931, la novela es un claro ejemplo del compromiso social de Vallejo y su capacidad para retratar las injusticias y el sufrimiento humano con una prosa poderosa y conmovedora.
Por otro lado, José María Eguren, con su obra “La canción de las figuras”, es un poeta simbolista que se destaca por su estilo delicado y onírico. Nacido en 1874, Eguren es considerado uno de los precursores del simbolismo en América Latina. “La canción de las figuras” es una colección de poemas que exploran temas como la infancia, la muerte y la naturaleza a través de imágenes líricas y una musicalidad única. Sus poemas son conocidos por su capacidad para evocar mundos imaginarios llenos de misterio y belleza.
Clemente Palma, autor de “Historias malignas”, fue un escritor y crítico literario, hijo de Ricardo Palma, el famoso autor de “Tradiciones Peruanas”. Clemente Palma se inclinó hacia el modernismo y el decadentismo, y “Historias malignas” es un conjunto de relatos que explora lo macabro y lo misterioso, con un estilo que a menudo desafía las normas morales de su tiempo. Sus cuentos son conocidos por su atmósfera inquietante y su exploración de los aspectos más oscuros de la naturaleza humana.
Finalmente, Diego de Hojeda y su obra “La Cristiada” representan una de las primeras manifestaciones literarias en el continente americano. Diego de Hojeda fue un poeta y sacerdote español que llegó a América en el siglo XVI. “La Cristiada” es un poema épico que narra la pasión y muerte de Cristo, utilizando un lenguaje barroco y abundante en recursos retóricos. Esta obra es significativa por su intento de adaptar los estilos literarios europeos a la realidad del Nuevo Mundo y su enfoque en temas religiosos.
En resumen, cada uno de estos autores y sus respectivas obras aportan una perspectiva única y enriquecedora a la literatura peruana y latinoamericana. A través de sus escritos, podemos apreciar la diversidad de estilos, temas y preocupaciones que han marcado la historia literaria de Perú, desde el modernismo y el simbolismo hasta la denuncia social y la exploración de lo macabro.
