El congreso de Viena, convocado como consecuencia de la derrota de Napoleón, tenía como objetivo:
a) Detener cualquier aspiración imperialista de Napoleón
b) Crear una poderosa alianza militar
c) Proponer una nueva demarcación política para Europa
d) Moldear la unión de los estados europeos
e) La hegemonía de los enemigos de Napoleón
Resolución:
El Congreso de Viena, convocado en 1814-1815 tras la derrota de Napoleón Bonaparte, tenía como objetivo principal reorganizar el mapa político de Europa y restaurar el equilibrio de poder después de las convulsiones causadas por las guerras napoleónicas. Esta reunión diplomática fue una de las más importantes de la era moderna y tuvo un impacto duradero en la configuración política del continente. La opción correcta en este caso es la c) Proponer una nueva demarcación política para Europa. Sin embargo, para comprender plenamente esta respuesta, es esencial contextualizar el evento y sus múltiples facetas.
Contexto Histórico
Napoleón Bonaparte ascendió al poder en Francia a finales del siglo XVIII, tras la Revolución Francesa. Sus campañas militares transformaron el mapa de Europa, derribando monarquías, estableciendo estados satélites y promoviendo ideologías revolucionarias. Sin embargo, su ambición expansionista y su dominio autoritario provocaron una coalición de naciones europeas que finalmente lo derrotaron en 1814 y de nuevo en 1815 después de su breve regreso al poder durante los Cien Días.
Tras la derrota definitiva de Napoleón en la Batalla de Waterloo en 1815, las principales potencias europeas se reunieron en Viena para decidir cómo reconstruir Europa. Las naciones más influyentes en el Congreso de Viena fueron el Imperio Austriaco, dirigido por Klemens von Metternich, el Reino Unido, representado por el vizconde Castlereagh, Rusia, con el zar Alejandro I, Prusia, con Karl August von Hardenberg, y Francia, que también tuvo un papel bajo el liderazgo de Charles Maurice de Talleyrand.
Objetivos del Congreso de Viena
El principal objetivo del Congreso de Viena era restaurar la estabilidad y el equilibrio de poder en Europa. Para lograrlo, se debían abordar varias cuestiones clave:
1. Restauración de las Monarquías: Uno de los principales objetivos era restaurar las monarquías que Napoleón había derrocado. Esto se conocía como la política de legitimidad, defendida principalmente por Metternich. Por ejemplo, los Borbones fueron restaurados en el trono de Francia con Luis XVIII.
2. Equilibrio de Poder: Se buscaba evitar que una sola nación pudiera dominar Europa nuevamente como lo había hecho Francia bajo Napoleón. Para ello, se reconfiguraron las fronteras y se establecieron nuevos estados-tapón. Por ejemplo, se fortaleció a los Países Bajos y se creó el Reino Unido de los Países Bajos para servir de barrera contra una posible expansión francesa futura.
3. Reconfiguración Territorial: Las fronteras europeas se rediseñaron considerablemente. Austria recibió territorios en Italia y los Balcanes, Prusia se expandió hacia el oeste y el norte, y Rusia ganó Finlandia y gran parte de Polonia. Este rediseño territorial pretendía crear un equilibrio que impidiera la dominación de una sola nación.
4. Sistemas de Alianzas y Conferencias: Se estableció un sistema de alianzas y conferencias periódicas para resolver disputas y mantener la paz. Este sistema, conocido como la Concertación Europea, fue un precursor de organizaciones internacionales modernas y funcionó con cierto éxito durante varias décadas.
Consecuencias
El Congreso de Viena tuvo un éxito notable en sus objetivos inmediatos. Logró mantener la paz en Europa durante casi 40 años, hasta la Guerra de Crimea en 1853. También estableció un marco para la diplomacia internacional que influyó en la política europea durante el siglo XIX.
Sin embargo, no estuvo exento de críticas. La restauración de las monarquías y la represión de los movimientos liberales y nacionalistas sembraron las semillas de futuras revoluciones. Muchos pueblos europeos, inspirados por los ideales de la Revolución Francesa, resentían el regreso al antiguo régimen y lucharon por la unificación y la independencia en las décadas siguientes.
En resumen, el Congreso de Viena tenía como objetivo principal proponer una nueva demarcación política para Europa, restaurando monarquías y creando un equilibrio de poder que evitaría futuras expansiones imperialistas como las de Napoleón. Esta reconfiguración territorial, junto con la creación de un sistema de conferencias y alianzas, buscaba mantener la estabilidad y la paz en el continente europeo.